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Tipos de suscriptores de email marketing

¿Tienes una lista de suscriptores para tus campañas de email marketing? Sea larga, sea corta, no todos los contactos que hay en ella son iguales. Debes saber diferenciarlos para que los envíos sean realmente efectivos.

 

Pongamos dos ejemplos: ¿de qué le vale a un hombre la ropa premamá? O, ¿para qué quiere un señor de más de sesenta años recibir una promoción sobre el deporte de aventura? Más allá de los clichés de edad y género, hay que tener claro a qué público interesan nuestros envíos y segmentar en función de esos criterios.

 

Por eso, hay que saber qué tipo de suscriptores tenemos en nuestra lista, que debemos revisar periódicamente para actualizarla.

 

El primer grupo son aquellos suscriptores que en realidad no existen. No se trata de una película de miedo, sino de esas direcciones de email que se dieron de baja, tienen usuarios inactivos o están en la base de datos con algún dato incorrecto. La efectividad de estos envíos será nula, por lo que se debe revisar este aspecto con relativa frecuencia, para que las listas estén a punto cuando hagamos una campaña concreta e importante, como es por ejemplo la próxima Navidad.

 

El segundo grupo son los suscriptores que reciben tus envíos correctamente, pero no interactúan. Antes de borrarlos de la lista, intenta averiguar qué es lo que falla: pregunta qué contenidos le interesan más, envíales un descuento especial, inciden en el call to action en sus diseños o prepara una campaña específica para reactivar a este tipo de potenciales clientes.

 

En tercer lugar están los seguidores que interactúan sólo ocasionalmente. Aquí se debe segmentar aún más si caben los envíos en función de la edad y el sexo, pero también de otros criterios importantes como sus gustos y aficiones, lugar dónde vive, situación económica (estudiante, desempleado, trabajador por cuenta propia, etcétera). Realza el atractivo de los envíos no sólo para captar su atención, sino también para que interactúe, teniendo en cuenta el nivel de gasto y los artículos que se ofrecen.

 

Por último está el grupo de nuestros fieles seguidores y compradores. Con ellos se debe tener especial mimo y orientar las campañas a continuar esa fidelización. Dales ofertas exclusivas y recuérdales lo importante que es para ti tenerles entre tu lista de contactos. Y, por supuesto, anímales a ser embajadores de tu propia marca, pues sus opiniones servirán para atraer a otros posibles clientes.

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El mensaje de bienvenida perfecto

Después de todo el esfuerzo para lograr que los potenciales clientes se suscriban a nuestro boletín, conseguimos que nos faciliten su correo electrónico y digan “sí” a recibir la newsletter que con cariño y profesionalidad preparamos. ¡Enhorabuena! Acabas de incorporar a un nuevo miembro a tu lista y debes recompensarle. Por eso, vamos a crear el mensaje de bienvenida prefecto.

La educación ante todo: dale las gracias por confirmar su suscripción y personaliza esa bienvenida. Utiliza el nombre con el que se haya registrado para el saludo, comenzando con un “Hola María, muchas gracias por…”

Puedes también darle un regalo de bienvenida como “premio” a la confianza depositada en ti. Un cupón de descuento para su próxima compra o entrar en el sorteo de alguno de tus productos hará reforzar la idea de que ha tomado una buena decisión facilitándote tus datos.

Haz sentir al cliente único. Frases como “Juan, tenemos un código promocional exclusivo para ti” generarán una sensación de ser tratado con especial cariño, de no ser un número más en la caja registradora ni de parecer una dirección de correo electrónico entre miles de millones.

Si prometiste algo a cambio de obtener estos datos, como es por ejemplo la descarga de un documento, manual o libro gratuito, ¡cúmplelo! No empezarás con muy buen pie si no das aquello que ofreciste y motivó la suscripción del cliente a tu boletín, lo que afectará a la seriedad de tu marca.

Explica el objetivo de tu campaña de email marketing, incluyendo un resumen de aquella información que suelas facilitar en los envíos, así como la estratégica posición del enlace a la tienda online o al catálogo de productos que ofrece. Recalca los beneficios que supone estar suscrito a la newsletter.

No olvides incluir en el email de bienvenida aquellos otros aspectos que complementen tu estrategia de marketing, como son por ejemplo el enlace a las redes sociales en las que tengas presencia o la forma de contacto. Esto hará que el trato parezca más cercano y que no es una máquina la que responde.

Por último, aunque parezca contradictorio, se debe incluir la fórmula para desuscribirse de los envíos. El cliente debe sentir que tiene libertad para dejar de estar en su lista de contactos cuando lo desee, por eso la posibilidad de darse de baja debe aparecer siempre en los envíos.

Los emails de bienvenida generan cuatro veces el total de las tasas de apertura y cinco veces las tasas de clic en comparación con otras promociones”, según revela el estudio recogido por Experian CheetahMail Strategic Services.

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Email Marketing sin promociones

El email marketing sin promociones también es posible

La técnica del email marketing es conocida fundamentalmente por la promoción del producto a través del envío periódico de correos electrónicos. Este sistema ayuda a recordar qué vende nuestra empresa, fomenta la compra y refuerza la marca de la compañía, por pequeña que sea. Sin embargo, hacer email marketing sin promociones también es posible y, como verás a continuación, de gran utilidad, logrando además no generar sensación de pesadez en el receptor de la newsletter.

La primera idea para enviar un correo y que no lleve contenido puramente comercial es ofrecer una información extra a los usuarios, lo que supondrá un valor añadido en el envío. Esto se consigue a través de técnicas como la experiencia de usuarios en compras y uso de productos, así como ofrecer consejos para mejorar el rendimiento del objeto o servicio adquirido. Este tipo de mensajes suelen tener un ratio de apertura mayor que el email que tiene contenido puramente comercial.

En segundo lugar, ¿qué tal si aprovechamos el correo que enviamos para conocer el grado de satisfacción de nuestros clientes? Podemos preguntarles por la calidad de nuestros productos o servicios, las mejoras que les gustaría que incluyésemos, si han estado en alguna de nuestras tiendas físicas o prefieren comprar online, así como la frecuencia con la que desean recibir nuestras comunicaciones. Todas estas respuestas harán sentir al cliente como un elemento muy valorado dentro del proceso de compra-venta y las ideas que aquí se recojan servirán para mejorar la calidad de la empresa. Se pueden utilizar cuestionarios con respuestas que nosotros elijamos o preguntas con casillas de respuesta libre a continuación. Predisponer esas respuestas a través de formularios tipo test facilitará mucho las cosas y nos ofrecerá detalles más concretos.

Como tercera opción y sin ser excluyente de las dos anteriores, los emails que enviemos no sólo nos servirán para consolidar a nuestros clientes o a atraer a los nuevos y potenciales compradores, sino que a través de estos mensajes también podemos conocer las razones por las que alguien quiere darse de baja. Por eso, si alguien pide cancelar la llegada de envíos debemos incluir una pequeña encuesta antes de la baja definitiva, para conocer qué motivos le han llevado hasta aquí y cómo podemos evitarlo en próximas ocasiones.

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Pasos imprescindibles para la suscripción

Conseguir que nuevos usuarios se suscriban a nuestra newsletter va más allá de incluir un nombre y un correo electrónico en unas casillas. Una landing page sin fugas es fundamental, pero también una serie de pasos imprescindibles que no debemos saltarnos para asegurar el éxito de la suscripción y así continuar ampliando nuestra base de datos para la campaña de email marketing.

En primer lugar está la página a la que acceden los que nos conocen, bien a través de nuestras redes sociales, web o blog. Retomando la frase de “la primera impresión es la que cuenta” debemos hacerla atractiva visualmente, que esté bien estructurada y con los contenidos justos, para no distraer la atención sobre nuestro verdadero objetivo: que se suscriban.

Una vez logramos que introduzcan los datos, la suscripción puede no ser automática. Sin el ánimo de evitar demoras, incluir un paso intermedio que indique que “los datos se están procesando” ayudará a que no cierren la página antes de que el proceso haya concluido completamente. De esta manera, aseguraremos la suscripción y nadie se quedará a medias. Además, evitas que quien se suscribe no sea la auténtica propietaria de la cuenta de correo o que sea un proceso automático. Buscamos gente realmente interesada en recibir nuestras informaciones, ofertas y promociones.

Con este paso evitaremos reclamaciones de quienes aseguran que el contenido prometido no les ha llegado, cuando a veces esto sucede porque el proceso de suscripción se ha quedado a medias y no ha llegado a completarse del todo.

La página de confirmación, por tanto, es otro paso imprescindible para asegurar que los nuevos clientes están dispuestos a darnos sus datos, porque realmente están muy interesados en formar parte de nuestro equipo. Aquí puedes recordar las ventajas que tiene el darse de alta en tu formulario, para que los indecisos no se escapen.

En el último paso está el agradecimiento, que no puede faltar. Una vez se haya completado el proceso, hay que decirle a nuestros suscriptores que el registro se ha realizado satisfactoriamente y, de paso, darle la bienvenida el nuevo equipo de seguidores. Para engancharles a nuestro contenido hay que ser educado con cada uno de ellos, por eso el “gracias” debe aparecer para cada nueva dirección registrada.

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¿Cómo medir el éxito del email marketing?

El email marketing tiene diferentes variables para medir el éxito de la campaña realizada. En función de los resultados que ofrezcan estas variables se deberán realizar las modificaciones pertinentes para afinar los buenos resultados.

En un primer momento, podríamos pensar que sólo hay dos maneras de conocer esos resultados: si el email que enviamos se abre o no. Sin embargo, vamos a profundizar en muchas otras cuestiones que pueden ayudarnos a evaluar la estrategia de email marketing.

La tasa de apertura de correos electrónicos, tal y como avanzábamos al inicio, es una de las variables que se pueden medir. Los programas especializados en email marketing registran el número de receptores a los que se ha enviado una información o promoción y cuántas de esas personas se han interesado por el correo recibido y lo han abierto para conocer su contenido al completo.

No se debe confundir con la tasa de click, que es cuando se entra en algunos de los enlaces incluidos en ese email.

Otra tasa es la de conversión, es aquella que no sólo hace click en aquellos enlaces que hemos preparado, sino que se debe completar un proceso como es descargar un documento, imagen o vídeo, suscribirse o probar de manera gratuita.

La tasa de conversión puede parecer similar a la tasa de suscripción. El segundo precede al primero, pero la conversión es un proceso más complejo. Si alguien se suscribe quiere decir que está interesado en recibir las promociones de una determinada marca, pero la conversión indica el interés que realmente tiene el cliente por nuestro producto, va más allá de la suscripción.

Por último, están la tasa de rebote y la de las bajas. En la primera, se refiere a esas direcciones de email que no están bien escritas, que ya no funcionan o que tienen problemas de conexión. Si detectamos una alta tasa de rebote habrá que revisar la lista obtenida a fondo, así como mejorar la adquisición de nuevas direcciones para evitar que esto vuelva a ocurrir.

En la tasa de bajas estamos perdiendo clientes que inicialmente estaban interesados en nuestra empresa y ahora ya no lo están. ¿Por qué no quieren seguir suscritos? La frecuencia con que se reciben los emails, la calidad del contenido o el diseño de ese email con problemas como las imágenes que no cargan o que haya demasiado texto son algunos de los motivos que suelen estar detrás de las altas tasas de desuscripciones.

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Gracias por registrarse

Lograr que un usuario se registre para recibir nuestro boletín de promociones vía email es un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la compañía, lo cual significa que cuando una persona que accede a que las comunicaciones le lleguen directamente es porque realmente le interesan ese tipo de contenidos, lo que situará a este cliente más próximo a la compra de nuestro producto o servicio. Por eso, lo mínimo que debe hacerse en agradecer su confianza con un “gracias por registrarse”.

El denominado “Coste por Lead” (CPL) es uno de los modelos más efectivos para medir la rentabilidad de una campaña de email marketing, tanto para aquellos que ya están en nuestra base de datos, como para los que deciden incorporarse a ella. El email marketing y el CPL están cada vez más ligados y por eso se debe prestar especial atención a esta técnica.

La clave es tener en cuenta qué elementos del correo electrónico que se envíe nos ayudarán a potenciar el CPL, así que vamos allá con unos ejemplos: el más básico, rellenar un formulario, debe presentarse como una tarea sencilla y rápida. En Internet las cosas van rápido, así que no hagas perder el tiempo al cliente si no quieres perderlo. El registro en la web o la descarga de un dossier antes de enviar los datos debe resaltarse a través de la tipografía, el cuadro que señale las opciones o a través de la ubicación, para dirigir la mirada hasta donde queremos que llegue el cliente sin que lo note.

Es preciso señalar que en el CPL no se necesita llegar a realizar la compra, simplemente lograr que el visitante se registre para, a partir de ahí, recibir nuestras ofertas, promociones y boletines regularmente. Por eso, hay que ofrecer algo a cambio del registro: un descuento en la próxima compra, la descarga de algo gratis, la sensación de tener acceso a rincones exclusivos para una parte de la clientela.

Mezclar creatividad y metodología son, por tanto, elementos claves para captar la atención entre los muchos estímulos que se pueden encontrar en la red hoy en día.

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Cuantos más, mejor

Toda empresa desea aumentar el número de ventas y, en muchas ocasiones, lograrlo depende de aumentar el número de veces que se ve un anuncio. Es por eso que mejorar el uso del CPM (coste por mil impresiones) es una de las claves para hacer efectivos los envíos de correos electrónicos.

Cuantificar el número de emails enviados se convierte así en una unidad de medida para nuestros clientes, y también para la empresa que realiza la campaña y con cuyas cifras puede pedir su efectividad.

Para lograr esta efectividad, la base de datos de nuestros clientes deben ser lo más amplia posibles. Cuantas más direcciones de correo electrónico tengamos, más probabilidades habrá de que nuestro mensaje sea visto. Aquí influiría también el número de tasas de apertura, un recuento que se debe realizar de forma paralela. Por tanto, a la cantidad hay que sumarle calidad.

Si logramos una buena base de datos, ésta debe hacerse por medios legales con la autorización del dueño de la cuenta. Para que el CPM sea realmente útil, debemos evitar las bajas a las suscripciones que enviamos y una de las principales causas es que se esté enviando la información a alguien que no ha solicitado recibirla.

El programa que se utilice debe por tanto tener la capacidad de almacenar miles de direcciones. Este tipo de servidores rara vez son gratuitos, aunque puedes comenzar con su versión de prueba para irte acostumbrando a ellos y luego adquirir un servidor de pago.

El programa elegido debe incluir la posibilidad de medir el nivel de entregabilidad, así como cuántos correos han sido rebotados. Aquí influyen aspectos que dependen del cliente, como es el ancho de banda u ordenador que posee, pero la mayor parte de la responsabilidad recae en la empresa, que debe adaptar la newsletter a la lectura en múltiples dispositivos, ser ligero para que el contenido cargue rápidamente y enviarlo en los momentos precisos para que no sea ignorado.

Si estás pensando en incluir anuncios de productos o marcas concretas en la campaña de email marketing, déjate guiar por profesionales para que el estilo sea el más apropiado y su efectividad sea mayor.

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La palabra mágica: ¡Subscríbete!

“Suscríbete” es esa palabra mágica que invita al usuario de la web a introducir sus datos en un formulario y, de paso, cederlos para que podamos incluir su dirección de correo electrónico en la campaña de email marketing que hagamos.

Pero más allá de la llamada a la acción, una landing page sin fugas requiere de muchos otros aspectos que se deben tener en cuenta.

Arriba del todo debe haber un titular llamativo y, a su vez, explicativo. Lo que se debe explicar principalmente es el beneficio que la persona obtendrá si nos da su email, así como el principal objetivo de la empresa que gestiona esa landing page. Por ejemplo, si el objetivo es obtener más beneficios, podemos titular diciendo: “Manual para aumenta tu número de clientes”. Con esta frase le ofrecemos el manual que hemos elaborado y, a su vez, le prometemos que aumentará el número de clientes si pone en práctica nuestras indicaciones.

A veces es difícil resumir en un titular, por lo que enumerar algunas de las ventajas que tiene suscribirse en una lista, subtítulo o pequeño párrafo servirá para acabar de convencer a los indecisos.

Y ahora que el visitante de la web está a punto de introducir sus datos, el pobre encuentra tantas casillas que le parece interminable y se aburre o siente que está dando demasiada información. Si no queremos perderlo se deben poner el menos número de casillas posible.

La última casilla y más importante, el botón de “enviar”, “suscribirse” o lo que en una palabra resumimos como “gracias por tus datos”. Aquí se deben evitar los imperativos, a nadie nos gusta que nos den órdenes. Utilizar mejor verbos en infinitivo o recuerda el beneficio que obtendrá por dar su dirección de email, poniendo, por ejemplo, “Descargar el manual”. Además de las palabras que se usen, es importante también que visualmente sea un cuadro llamativo, para facilitar el click. Así, se puede utilizar otra tipografía, las letras en cursiva, mayor tamaño de letra y, por supuesto, un fondo de otro color. Lo que sea con tal de resaltarlo e incitar a que pinchen en él.

Entre las fugas más frecuentes está que haya un menú de navegación, enlaces a contenidos o símbolos de redes sociales. Todos estos aspectos deben evitarse para centrar la atención en el contenido del formulario.

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