A los ordenadores les han seguido los teléfonos inteligentes, las tabletas y hasta los relojes desde los que puedes, además de consultar la hora, chatear con tus amigos. Sin embargo, a pesar de la evolución del marketing y de su cada vez mayor aceptación entre las empresas, hay una herramienta que no pasa de moda: el correo electrónico. De hecho, es el canal de comunicación preferido para los clientes, según la investigación llevada a cabo por MarketingSherpa en la que se apuntaban que un 91% de los encuestados afirman que les gusta recibir correos electrónicos promocionales de las empresas.
Se consolida el correo como el medio de comunicación más persuasivo, porque el 69% de las personas aseguraban haber estado influenciadas por el email marketing a la hora de realizar alguna compra bien por la oferta recibida, bien por el recordatorio de productos o bien por tener en la bandeja de entrada el correo justo en el momento preciso. Esto quiere decir que el envío de correos electrónicos se afianza en el mundo del marketing y supone un factor clave para la toma de decisión de la compra.
¿Qué ocurre con las redes sociales, tan en boga en estos tiempos? Los propios encuestados revelaron que las redes sociales el canal preferido de comunicación para recibir ofertas de sólo el 17% de los participantes en el estudio.
Pero, la gran pregunta es, ¿cada cuánto tiempo hay que enviar esas ofertas o informaciones de la empresa a través de correo electrónico? Según las respuestas de la investigación, la mayoría prefiere una vez al mes (86%), aunque la periodicidad semanal también era escogida por el 61% de las personas encuestadas.
Más de una vez por semana era bien visto por menos de un 10%, de manera que se debe tener en cuenta quiénes son los clientes que se encuentran en este grupo para no perder al resto.
El formato es importante, ya que muchos de estos correos se leen a través del dispositivo móvil o tableta. La cuenta debe estar adaptada a este diseño y no sólo al web.
A todo ello hay que sumar la efectividad del mensaje. No se deben enviar correos electrónicos a lo loco y sin sentido. La información de su interior debe estar bien justificada y no presentarse de manera agresiva. Se debe continuar usando la técnica del email marketing, puesto que no ha perdido vigencia, pero utilizándola con cabeza.