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Autorresponder o no autorresponder, esa es la cuestión

 

En nuestro último post hablamos de humanizar el mensaje y en esta entrada nos centramos en la respuesta automática. Parece contradictorio, pero en realidad no lo es. Como cada negocio tiene una necesidad, la autorrespuesta también depende del tipo de comercio que esté llevando a cabo la campaña de email marketing.

Si tu empresa tiene venta a través de Internet, servicio de atención al cliente o llamadas a la acción para captar nuevos suscriptores, debes tener en cuenta el sistema de autorrespuesta, que consiste en el envío de correos electrónicos de manera automática a aquellos que realicen una acción en la web. Para entenderlo mejor, se trata de ese email que nos da las gracias cuando nos suscribimos a una newsletter o nos da un número de referencia para la pregunta que nos plantean en el servicio de atención al cliente.

Cada respuesta deberá programarse y elaborarse en función de la acción que el usuario haya realizado, pero la gran ventaja es que aunque sean las cuatro de la madrugada, la respuesta se enviará sola automáticamente.

¿En qué otros casos es útil el autorrespondedor? Por ejemplo para la introducción de códigos promocionales que les hayas enviado, lo que les hará seguir el proceso a través de la informatización del sistema. También para darles lo que les hayas prometido por suscribirse a tu newsletter (un ebook, un curso online gratis, lecciones semanales derechas a su correo electrónico, etc.) Cualquiera que sea el aliciente que hayas usado, la autorrespuesta les guiará correctamente.

También en la elaboración de encuestas cuando quieres preguntar por la calidad de un servicio puede ser útil el envío automático, bien para mandar el propio cuestionario, bien para agradecérselo a aquellos que lo rellenen.

Vayamos ahora al caso de las empresas con tienda online. Una de las ventanas de Internet es precisamente ofrecer el servicio 24 horas al día, siete días a la semana, pero a veces el usuario inicia el proceso de compra y no lo completa. Los envíos automáticos pueden ayudar a recordar que la venta no llegó a producirse o especificar que la compra ha superado un importe.

Una vez finalizada la compra (ahora sí, completamente), se pueden enviar emails con consejos sobre cómo montar el producto adquirido, cómo usarlo de forma correcta o cómo sacarle el máximo provecho, ideas que el cliente siempre recibe con agrado.